El décimo mandamiento
El Décimo Mandamiento
HaDavar HaAsirí ( הדבר העשירי )
No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su toro, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. (Shemot/Éxodo 20:17)
Pregunta:
¿Qué nos prohíbe el décimo mandamiento?
Respuesta:
El Décimo Mandamiento prohíbe:
1. Desear algo que pertenece a otra persona.
2. Pensamientos de todo lo que pertenece al prójimo, porque estos pensamientos conducen a malas obras y vicios.
3. Envidiar la felicidad del prójimo.
Pregunta:
¿Cómo podemos evitar los deseos impuros?
Respuesta:
El mejor camino es: estar satisfecho con tu suerte, ser diligente y trabajador, confiar en Dios. Para fortalecer la esperanza y purificar el corazón, es bueno leer las Sagradas Escrituras con la mayor frecuencia posible.
Pregunta:
¿Qué manda este mandamiento?
Respuesta:
El Décimo Mandamiento nos ordena tener pensamientos puros y estar contentos con nuestra posición – tahor levav vesaméaj bejelkó ( טהוֹר לבב ושׂמח בּחלקוֹ ).
Escrituras que respaldan el décimo mandamiento:
«¡Ay de los que traman iniquidad, hacen el mal en sus camas, y cuando llega la mañana lo ejecutan; ellos tienen suficiente fuerza para eso. Codician los campos, y se apoderan de las casas, y las ocupan. Oprimen al hombre y su casa, al hombre y su heredad.»(Mijá/Miqueas 2:1-2)
«Mejor es poco con justicia, que mucha ganancia con injusticia.» (Mishlei/Proverbios 16:8)
«Una persona envidiosa persigue posesiones, y no sabe que le sobrevendrá la necesidad.» (Mishlei/Proverbios 28:22)