El sacrificio de la Pascua tenía que ser consumido durante la noche del día quince (es decir, después de la tercera fase de la tarde del día catorce) del primer mes.
No debía quedar nada hasta la mañana del día quince del primer mes, porque está escrito: No guardarás nada del sacrificio de la ofrenda del cordero de la noche a la mañana . (Shemot 34:25)
Todo lo que no fue consumido durante la noche debe ser quemado en la mañana: No dejarás nada de ello para la mañana. Lo que quede de él hasta la mañana, lo quemaréis con fuego. (Shemot 12:10)